Surge la necesidad de volver a pronunciar tu nombre, Musa Etérea, contradicción hedónica, te pido que a mis días les hagas compañía en dulce tormento y bajo tu guía, del dolor y la alegría que brinda la vida, absorba sólo lo necesario para que en mis noches bajo el brillo de la Luna, al ser hipnotizado por tus danzas y cantos, llenes mis sueños de las notas, armonías y tonos adecuados, para poder crear por medio de estas elaboradas fórmulas de arte que me brindas, el ambiente de energía ancestral, aquel medio correcto, el primer elemento, para liberar el espíritu bajo las técnicas ocultas del canto, desde el plexo solar transportar mis pensamientos fortalecidos por mis emociones a través del espacio y el tiempo, con la vibración de la Música, el mensaje que por años había querido llegar a aquella persona cuyo nombre no ha podido ser olvidado, poseedora de aquellos ojos brillantes que aún viven en mis recuerdos, pudiera ser por fin entregado. Es por tal manera querida Musa (aún siendo consciente que fui yo el que hace tiempo ya, de ti decidió alejarse), que vuelvo a pronunciar tu nombre, con la intención de que a base de sueños, me dictes el camino de plasmar en partituras y letras, mi regreso a casa...
No hay comentarios:
Publicar un comentario