martes, 5 de mayo de 2015

A la más Pura D. de la Luna...



Cada Luna llena que pasa, me recuerda que el brillo de su sonrisa jamás a mí regresará, y el hecho de no tenerla cerca, me motiva a ser la mejor persona que pueda cada día, por si existiera eso de otras vidas pediría a Dios volvérmela a encontrar; tal vez con otras circunstancias pudiera lograr expresar lo que en esta vida a mi impulsivo corazón le falló en demostrar y así tal vez de mi lado ella lejos no estaría; mientras tanto que la Luna sirva de aliento para las almas heridas, y que a través de su místico brillo se compartan los mensajes que pendientes quedaron por contar.