miércoles, 22 de abril de 2020

Deportado Incróspido.

Me causa mucha consternación el hecho de que renombradas empresas transnacionales, le den privilegios en el país en el que vivo, a personas que han sido deportadas de EE. UU. Sobre este tema, me gusta mucho la manera de actuar de los Japoneses, con los cuales he logrado establecer un vínculo que yo no esperaba, pues sinceramente su visión de justicia, ética, lealtad y honor, sobrepasa mi entendimiento, por ende, hay mucho que debo aprenderles y me desvivo por ello.

La gran verdadera aporía, generada por el hecho de que no logro entender a los empleados encargados de dichos menesteres (reclutamiento y promoción) y visiblemente faltos de entendimiento... decidan brindarles puestos de liderazgo a personas sin cultura, ética y valores, sólo porque dichas personas pretenden ser acérrimas ante los ojos de los demás, fingen ser algo que no son y los ilusos caen en su trampa sin saber las consecuencias que posteriormente generarán sus actos.

Simplemente si dichas personas fueron capaces de cometer crímenes en un lugar como lo es EE. UU. ¿Qué les hace pensar que no lo harán en México?

Para finalizar este pensamiento, me gustaría impetrar que las personas que tienen en su poder la promoción de personal, tuvieran un poco de sentido común y una ética inquebrantable.