domingo, 22 de enero de 2012

Una Noche de Enero




Esta noche deposito lo que yo más anhelo sobre el viento, en compañia de mi sombra observaré cómo de mi poco a poco se aleja, esperaré ansioso a que la noche guíe mis pensamientos por lugares majestuosos e inciertos, y de esta forma poder llegar a conocer por nombre aquello que envuelto de misterios se encuentra, no puede ser nombrado sin dar algo a cambio, una equivalencia de intercambio fraguada con la intención de rechazar lo que más se desea, al fin y al cabo de este plano existencial uno nada se lleva y parece ser que el desapego es menester para lograr en las mejillas un color de piel diferente con el afán de despistar a las  lágrimas cuando tienden la costumbre de llegar inesperádamente, con tres cucharadas de este agridulce brebaje comienza el periplo, cuya finalidad será marcada por la tentación de estudiar de cerca al olvido por la eterna curiosidad de comprender el hecho de querer por siempre a ti complacerte.

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